Cómo elegir lo que pensamos

Parte de avanzar en el camino espiritual es fortalecer la capacidad de elegir. Y una de las elecciones más poderosas que tenemos es sobre lo que pensamos.

Por momentos parece que no podemos elegir qué pensamientos albergamos. En mi experiencia, no obstante, esa capacidad es como un músculo: puede ser débil al comienzo, pero se fortalece con la práctica.

La pregunta es entonces: ¿cómo fortalecer nuestra capacidad para elegir lo que pensamos?

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Creo que hay muchas técnicas que pueden servir para fortalecer nuestra capacidad de elegir lo que pensamos. Hay muchos caminos espirituales diferentes. Y también sé que hay caminos que recomiendan no elegir ni controlar nuestros pensamientos, sino aceptar y rendirnos a lo que sea que aparezca en nuestra mente. En últimas, el objetivo de elegir los pensamientos es secundario; lo importante es que estés en plenitud, en gozo, en paz con la vida, sea cuál sea tu camino.

Solo podrás saber mediante la práctica y siguiendo tu corazón si alguna técnica o camino es adecuada para ti. A continuación te comparto lo que ha funcionado para mí.

1. Observa tus pensamientos

El primer paso que propongo es observar nuestros pensamientos, tomar consciencia de ellos.

Si haces este ejercicio, verás que la gran mayoría de nuestros pensamientos son repetitivos. Tal vez la forma específica de cada pensamiento sea diferente, pero verás que hay temas y patrones que se repiten.

Al prestar atención a tus pensamientos, verás que te la pasas pensando en las mismas cosas una y otra vez. Toma consciencia de cuáles son los temas más frecuentes. Observa en qué situaciones se detonan esos pensamientos. Mira qué emociones se desencadenan frente a tus diferentes pensamientos. No observes sólo tu mente; toma también consciencia de tu cuerpo y presta atención a la manera como reacciona ante tus pensamientos.

Te puede ayudar escribir tus pensamientos en un cuaderno, sobre todo si son pensamientos obsesivos y repetitivos. Al leer lo que escribes, verás patrones y elementos comunes que tal vez pasen desapercibidos normalmente.

Si quieres profundizar en este tema, te invito a oír este episodio de mi podcast sobre cómo observar los pensamientos.

2. Deja de creer todo lo que piensas

Una vez tomas consciencia de tus pensamientos, te conviertes en el observador. Esta es una posición de mayor consciencia. Ya no simplemente estás inmerso en tus pensamientos. Puedes tomar distancia de ellos. Y, al tomar distancia, puedes elegir no creer todo lo que dicen.

Observar nuestros pensamientos y no creer todo lo que dicen es un gran paso hacia nuestra libertad.

Al observar tu mente, verás que hay patrones de pensamiento que siempre se activan frente a ciertas circunstancias. Sabrás entonces que esos pensamientos están allí, no porque lo que dicen sea verdad, sino porque tu mente tiene una inercia basada en tu pasado y los produce casi automáticamente.

Por ejemplo, podrás ver que a veces crees que lo estás haciendo todo mal y que tu vida es un desastre, y sabrás que ese pensamiento no es cierto. Es simplemente la forma como reacciona tu mente frente al estrés o frente a algún condicionamiento que adquiriste en la infancia.

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3. Ejercita el poder de elegir

Una vez tienes plena consciencia de tus patrones de pensamiento, verás que empieza a fortalecerse tu capacidad para elegir en qué enfocas tu mente.

No te enfoques en rechazar ciertos pensamientos. Si ya están allí, obsérvalos, siente las emociones, ve profundo dentro de ti. Enfócate, en cambio, en lo que quieres.

Tú puedes elegir en qué te enfocas. Y a medida que eliges, se empiezan a crear nuevos patrones y nuevos condicionamientos. Por ejemplo, si frente a las situaciones difíciles te enfocas en buscar algo para agradecer, llegará un momento en el que esa será tu respuesta natural: la gratitud. Al comienzo, por supuesto, se requiere un esfuerzo consciente.

Algo importante en este proceso es que no juzgues tus pensamientos. Ámalos, abrázalos. No trates de apresurar el proceso. Es como ir al gimnasio. Es un hábito que se construye poco a poco. Valora tus pequeños progresos y no te enfoques en todo lo que te falta. Es normal que por momentos los viejos patrones regresen y veas a tu mente reaccionando como lo hacía antes. Obsérvala y ámala.

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4. Eleva tu vibración

Entre más elevada sea tu vibración, más elevada será la vibración natural de tus pensamientos. En consecuencia, a veces la mejor forma de modificar nuestros pensamientos es cambiar aquellos hábitos que tienen una vibración baja.

Para elevar tu vibración, recomiendo mucho hacer ejercicio físico. Alimentarte sanamente y dormir bien también son elementos fundamentales.

Así mismo, presta atención a la información que consumes. Mira películas que te hagan sentir bien. Escucha música que alegre tu corazón. Comparte con personas que te hagan reír y suban tu ánimo. Lee libros que te inspiren y te motiven a estar en el momento presente. Todo esto es de gran ayuda.

Por supuesto, sanar las heridas internas también es fundamental para elevar nuestra vibración. Por tanto, no huyas de lo que hay dentro de ti. Permítete ir adentro. Ve a terapia si lo necesitas. Busca un consejero o un maestro espiritual que resuene con tu corazón.

Tal vez quieras leer: «El arte de cuidar tu energía».

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Meditación guiada de yoga nidra

En una entrada anterior, compartí un episodio de mi podcast sobre reflexiones espirituales dedicado al yoga nidra. Allí, hablo con mi querido amigo Alberto Araoz sobre esta práctica espiritual, que tiene como objetivo despertar espiritualmente a través de los sueños.

Tengo agora el gusto de compartir la primera meditación de yoga nidra guiada por Alberto. Esta meditación está disponible tanto en Spotify como en iVoox.

Para hacer esta meditación debes disponer de una hora. Se recomienda hacerla antes de dormir, aunque también puede hacerse en otros momentos del día. Para hacerla, se requiere de un espacio en el que podamos estar acostados cómodamente boca arriba, con las manos a los lados y las palmas también mirando hacia arriba.

La mejor forma de saber si una meditación o un camino funciona para ti es probándolo. Recomiendo antes de hacer la meditación escuchar el podcast en el que hablamos sobre ella. No obstante, solo la practica te dirá si es para ti.

Si quieres intentar esta meditación, prueba hacerla al menos durante un mes y al menos unas tres veces por semana. Así sabrás si te funciona.

Si quieres profundizar más en esta práctica, puedes decírmelo a través de mi correo electrónico o de cualquiera de mis redes sociales y te pondré en contacto con Alberto, quien guía la meditación que comparto aquí:

Haz click en la imagen para oír la meditación en Spotify:

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El arte de navegar montañas rusas

Así es la espiritualidad: como una montaña rusa. Y así es en general la vida. Hay subes y bajas en todo.

Cuando tomamos consciencia de esto, estamos mucho mejor preparados para afrontar los momentos bajos. Sabemos que son parte del viaje. Los momentos de crisis y debilidad, los desafíos, cuando nos perdemos: todo eso hace parte de nuestra evolución.

Y cuando estamos en un pico alto, disfrutamos sin aferrarnos, conscientes de la naturaleza siempre cambiante de nuestra experiencia humana.

La consciencia de este proceso, sin embargo, no sólo es útil cuando tenemos picos muy altos o caemos en valles muy profundos. Todos los días nuestro nivel de consciencia es diferente y casi nunca estamos en el medio. Casi siempre estamos un poco inclinados hacia la parte alta o la parte baja de la montaña.

Sobre cómo atravezar momentos difíciles, tal vez quieras leer «El cuerpo del dolor»

Y aunque el cambio de un día a otro sea sutil, ser conscientes de si estamos en un periodo alto o bajo nos puede ayudar mucho. Así, podemos ser compasivosy apoyarnos a nosotros mismos tal como lo haríamos con un gran amigo. Si vemos que está teniendo un día difícil, le brindamos un espacio de alivio, y si está pasando por un buen momento, celebramos con él.

Hay días en los que amanecemos más densos que otros. Cuando eso sucede, podemos elegir estar más alertas de nuestros pensamientos y ser más conscientes de nuestras decisiones.

Parte de crecer en la vida es amarnos en los altos y en los bajos, en la salud y la enfermedad, en la tristeza y en la alegría.

Tal vez quieras leer «En la salud y en la enfermedad».

Cuando estés pasando por un momento difícil, recuerda que es parte del proceso y que es una oportunidad para practicar la paciencia y el amor incondicional hacia ti.

Recuerda que esas experiencias poco a poco te van enseñando el gran arte de navegar por montañas rusas, que es el mismo arte de navegar por la vida.

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Cuando más lo necesitas

A veces, justo cuando más necesitamos hacer algo es cuando más difícil es para nosotros hacerlo. Un ejemplo es parar y pasar tiempo en silencio.

Cuando estamos ansiosos, normalmente la mente está muy activa. Quiere controlarlo todo, quiere encontrar respuestas, quiere solucionar los problemas. Debido a esto, no puede parar. Pero es justo en esas ocasiones cuando el silencio es más necesario.

Reconocer esos momentos e ir en contra de la inercia de la mente es fundamental en nuestro proceso de despertar. Esto implica permanecer en la incomodidad de no saber, sentir las emociones, el miedo, la ansiedad, la zozobra, y permitirnos estar allí tanto como sea necesario.

A veces la razón por la que no encontramos la salida es porque no podemos dejar de buscarla. Y, cuando la salida se encuentra adentro nuestro, solo podremos encontrarla cuando nos encontremos en completa quietud.

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Las ideas espirituales

Las ideas espirituales pueden servirnos para despertar. Nos pueden ayudar a ver las cosas de otra manera.

A veces, una frase puede cambiar el rumbo de nuestras vidas.

Sin embargo, así como las ideas pueden ayudarnos a despertar, también pueden convertirse en un obstáculo en nuestro camino. Esto sucede cuando nos aferramos a las ideas, cuando las convertimos en parte de nuestra identidad y de nuestro ego.

Recuerda, siempre, que las ideas, los rituales, las prácticas y las formas nunca son valiosas por sí mismas. Su único valor reside en la experiencia que facilitan. Una vez has alcanzado de forma permanente esa experiencia, puedes desecharlas.

Si crees que la escalera es valiosa por sí misma y no puedes separarte de ella, no podrás llegar al lugar al que te lleva.

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Yoga nidra: el arte de despertar en los sueños

Hace unos años comencé a meditar con un grupo de amigos. No siempre voy a sus sesiones, pero me han ayudado mucho en ciertos momentos de mi vida.

El amigo que lidera esas reuniones se llama Alberto Araoz, a quien por cariño llamo «Viejo Beto», y quien ha sido un maestro para mí. En las últimas semanas, con Beto hemos comenzado a trabajar un tipo particular de meditación: el yoga nidra, práctica espiritual que gira alrededor del sueño.

Mediante el yoga nidra se puede regularizar el ritmo del sueño. Pero, más importante aún, se puede empezar a usar el momento del sueño como parte de la vida espiritual. En este episodio de mi podcast sobre reflexiones espirituales, Beto me explicó que el yoga nidra también puede ayudarnos a mantenernos conscientes mientras dormimos. Cuando esto sucede, tenemos sueños lúcidos. Sabemos que estamos dentro de un sueño, podemos modificarlo y podemos usarlo para avanzar espiritualmente.

Alberto ha avanzado bastante en este camino, como pueden apreciar en el podcast. Por mi parte, he tenido avances y algunos sueños significativos en los que alcanzo a mantener cierto grado de consciencia, pero aún no tengo sueños lúcidos.

Sin embargo, lo que he experimentado con las meditaciones de Beto me hace confiar en esta práctica. Creo que puede ser un camino profundo y poderoso para algunos. Por eso los invito a oír este episodio de mi podcast, en el que Alberto explica cómo funciona el yoga nidra y nos cuenta su experiencia con este sistema de meditación.

Haz click en la imagen para ir al podcast en Spotify, o haz click aquí para oírlo en Ivoox:

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Silencio de madrugada

Beber con sorbos lentos el silencio de la mañana La luz que entra como un diamante en las profundidades del corazón

En la quietud en la que nada sucede, aunque suceda cualquier cosa

En el amor que entra por la ventana y baña la superficie de las cosas, recordándoles que en lo más profundo son una sola.

Caminar descalzo sentir que la hierba te roza las plantas de los pies, y te conecta con el centro de la Tierra y la gravedad te lleva profundo como si te hundieras en tu corazón en un abismo de luz y de vacío.

La gravedad te sigue llevando al fondo Rendición total, entrega a la fuerza que te atrae

Parece que el mar se vuelve más oscuro en las profundidades, pero en realidad solo hay luz

Parece que solo hay silencio y vacío, pero son una expresión del Amor mismo que lo llena todo

Parece que mueres, pero solo te das cuenta de que no existe la muerte

Parece que te pierdes, pero te das cuenta de que no puedes perderte, pues nunca te fuiste

Parece que cierras los ojos, pero ahora ves

Parece que renuncias a lo que deseas, pero recuerdas que en realidad ya está allí, en el corazón en el que te sigues hundiendo.

Se caen las ideas y los recuerdos como si el otoño se posara por un breve instante en el árbol de la memoria Pareciera que el árbol muere pero en realidad florece por primera vez.

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Amar a nuestras sombras y a nuestros enemigos

Hace poco, puse en mis redes sociales esta frase: «Si no aceptas y amas tus sombras, no podrás recordar tu luz».

Varias personas respondieron que están de acuerdo en que hay que aceptar las sombras, pero que no están de acuerdo en amarlas.

Sin embargo, creo que amar las sombras es esencial para tener un verdadero amor propio.

Tal vez quieras leer: «Un sueño de perdón».

Si no amamos nuestras sombras, en realidad no las estamos aceptando, pues no hay diferencia entre la aceptación total y el amor. En la verdadera aceptación, nuestro corazón está completamente abierto y, por tanto, el amor fluye naturalmente. Ya no hay juicios ni separación.

El amor verdadero lo abarca todo, brilla sobre todo por igual. No tiene preferencias. Es como el sol: no distingue entre unos y otros, bueno y malo, bonito y feo. Le da a todos su luz y su calor incondicionalmente. Así también es la naturaleza de Dios. Y amar no es otra cosa que conectarnos con la esencia de Dios que yace en nuestro interior y permitirle brillar.

Cuando nuestros ojos están inundados por el verdadero amor, amamos por igual al asesino, al corrupto y al abusador de niños, así como al santo y a la persona más caritativa. Ese es el amor que enseñaba Jesús cuando decía: «Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? Y, si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué de más hacen ustedes? ¿Acaso no hacen esto hasta los gentiles? Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto». (Mateo 5, 43-48).

Tal vez quieras leer: ¿Cómo perdonar cuando es difícil?

No es esta una enseñanza fácil. Para poder amarlo todo debemos primero haber sanado por dentro. Eso implica poder amarnos a nosotros completamente. Si hay partes de nosotros que no amamos, habrá partes del mundo que no podremos amar.

Comprendo que esta idea pueda generar resistencia y rechazo. Pero así es la naturaleza del verdadero amor. Si no puedes amarlo todo ahora, como tampoco yo puedo, pues de lo contrario estaríamos completamente iluminados, no te juzgues por eso. Ama eso también en ti, ese es el comienzo. Pero aspira a un amor puro, que no juzga y no separa entre lo digno y lo indigno. Todo es digno del amor de Dios. Por tanto, todo es digno de tu amor.

Ahora bien, amar no quiere decir que condonamos o toleramos ciertas cosas. Amar no quiere decir que no tomamos medidas. Es como si un perro enfermo nos ataca. Podemos amarlo, pero eso no quiere decir que no nos protegeremos. Es más, puede que debamos usar la fuerza contra el perro para defendernos y encerrarlo. Incluso en casos extremos puede que nos veamos obligados a matar al perro para evitar que haga daño a otras personas, si no hay más solución. Pero todo eso es compatible con sentir un profundo amor y una profunda compasión por el animal. Sabemos que no es consciente de lo que hace. Así mismo pasa con todos lo que cometen actos de violencia: son inconscientes. Parecieran tener consciencia, pero en lo más profundo están dormidos. Se han olvidado de su naturaleza divina. Si estuvieran despiertos y hubieran recordado quiénes son, no podrían emprender esos actos. Es por esto también que Jesús dijo en la cruz: «Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen».

Tal vez quieras leer: «la clave del perdón verdadero».

Pero para poder perdonar a los demás, primero debemos perdonarnos a nosotros mismos. Y el perdón verdadero, al igual que la aceptación verdadera, es igual que el amor puro.

No temas, pues, amar tus sombras. El amor no hará que te permitas caer o alimentar comportamientos destructivos. Por el contrario, a medida que ames esas partes oscuras, se disolverán en la luz del amor y se transmutarán, siempre hacia una energía más elevada.

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La densidad del pensamiento

En una entrada anterior hablé sobre la importancia de observar nuestros pensamientos.

Quiero aclarar algo ahora. Observar nuestros pensamientos tiene varios niveles.

Por una parte, cuando observamos nuestros pensamientos observamos qué es lo que nuestra mente dice. Esto implica escuchar nuestra mente como si estuviéramos leyendo un libro o viendo una película: nos fijamos en las palabras, los temas, las ideas, o incluso las imágenes o sonidos que aparecen allí.

Por otra parte, para observar con mayor profundidad nuestros pensamientos debemos prestarle atención a nuestro cuerpo y a nuestra energía. Los pensamientos tienden a producir cambios en nuestras emociones y en la vibración de nuestra energía. Por tanto, al observar nuestras emociones y nuestra energía podemos hacernos conscientes de cuál es la vibración de nuestros pensamientos.

La densidad de nuestro campo energético y emocional nos habla de la densidad de nuestros pensamientos. Así, una de las mejores maneras de aprender a observar nuestros pensamientos es conectarnos profundamente con nuestro cuerpo, nuestra energía y nuestras emociones.

Si sientes las emociones y el cuerpo densos, esa es una señal de que tus pensamientos probablemente estarán vibrando en una frecuencia baja. En consecuencia, en esos momentos no es una buena idea creer lo que te dicen ni tratar de resolver las cosas usando la mente. Lo más seguro es que crees historias de miedo que harán aún más densas tus emociones y energía. Cuando te sientas así, simplemente toma consciencia de la energía en tu cuerpo. Sentir esa densidad y darle tu consciencia es una gran práctica espiritual.

Habitar en tu cuerpo plenamente cuando se siente incómodo y denso es difícil al comienzo, pero te ayudará a ir más allá de los trucos de tu mente, que son especialmente difíciles de ver cuando estamos con una frecuencia vibratoria baja. Tu consciencia permitirá que esa frecuencia se eleve y se transmute. La clave es estar plenamente presentes, sintiendo por completo nuestras emociones y nuestra enegía.

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¿Cómo observar nuestros pensamientos?

El mejor criterio para determinar qué tanto has avanzado en tu camino espiritual es qué tanto tiempo permaneces en quietud, sin pensamientos, durante la vida cotidiana ~ Eckhart Tolle

Sin duda, una de las cosas que más nos hace sufrir es el constante ajetreo de nuestra mente. Por eso, hay muchas prácticas de meditación que se enfocan en detener los pensamientos.

Sin embargo, tratar de detener nuestros pensamientos puede ser algo difícil y puede generar tensión en nuestra práctica espiritual. No es fácil dejar la mente en blanco cuando llevamos años y vidas acostumbrados a su incesante parloteo.

Tal vez te interese leer: ¿Qué hacer con el ruido en tu cabeza?

Algo que puede ayudar mucho es aprender a observar los pensamientos. Cuando asumimos la posición del observador, veremos que nuestros patrones de pensamiento pierden fuerza y dejan de hacernos sufrir.

¿Cómo observar nuestros pensamientos? En este episodio de mi Podcast sobre reflexiones espirituales te comparto algunos consejos para esto, gran parte de los cuales están inspirados en las enseñanzas de Eckhart Tolle.

Puedes oír el episodio aquí:

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También puedes escucharlo en Spotify o en iVoox.

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