Cómo trabajar nuestras sombras

Este es el tema central de mi último video de YouTube, en el que, además, hago un resumen de la lección 5 del libro El Camino del Corazón, en la que se habla sobre nuestra unidad con Dios y con la vida y sobre la práctica de la presencia como herramienta central para reconocer esa unidad.

Le di más importancia al tema de las sombras porque creo que es un paso fundamental en nuestro proceso de sanación. Y la invitación es a reconocer que aquello que juzgamos en los demás en realidad se encuentra en nuestro interior.

Esta idea puede ser difícil de aceptar cuando pensamos en comportamientos extremos, como, por ejemplo, un violador de niños o un torturador. Sin embargo, si miramos más profundo, veremos que todo eso se encuentra en nuestro interior.

Hay un párrafo del libro que me gusta especialmente en el que esta idea es presentada con mucha claridad por María Magdalena:

«La mejor manera de trabajar con la sombra es buscarla en tu propia vida. Se mostrará como una aversión recurrente, como un disgusto o como un juicio hacia algo o alguien. Debes mirar esas cosas con honestidad y aceptar que ellas son, de hecho, parte de ti. Todo lo que es es uno. El asesino, el abusador de niños y el torturador son todos parte de tu creación, que es ilusión. Debes aceptar eso para moverte hacia la Unidad. Tú también eres o podrías haber sido esa persona horrible a la que estás juzgando. Es por eso que la llamas sombra: es parte de ti, la ves cuando la luz brilla sobre ti, pero es también una ilusión».

En el video, explico despacio y entro a profundidad en estas palabras, cuyo mensaje me parece muy poderoso y transformador.

Si quieres ver el video completo, puedes hacer click en la siguiente imagen:

Hola, silencio, mi viejo amigo

Así se llama una sección del libro Redefine el éxito, de Arianna Huffington, gran empresaria en la industria de los medios de comunicación. Y precisamente por esa labor que ella desempeña es que me parece tan bello y reconfortante lo que dice sobre las noticias y los medios de comunicación, que a veces, por conectarnos con el mundo, nos desconectan de nuestra alma:

«Yo solía entrar en mi apartamento o a la habitación del hotel y encedía inmediatamente las noticias. Y entonces un día, no hace mucho, paré. Y me di cuenta de dos cosas. Primero, que no me perdía de nada (ni siquiera de algo que me fuera útil para dirigir una operación de medios de comunicación que funciona 24/7), excepto de oír los mismos puntos regurgitados una y otra vez por diferentes personas. Pero lo segundo y más importante es que permití que hubiera algo de silencio en mi día, en el cual podía oír esa queda y pequeña voz a la que rara vez le prestamos atención. No perdí nada y en cambio gané mucho. Y entonces me volví mejor para escuchar a los demás (mis hijos, mis colegas, mis amigos.

‘Pregúntale a tu alma’, implora el poeta y novista alemán Hermann Hesse en el poema Mi creencia:

‘Pregúntale a aquella que conoce la libertad, cuyo nombre es amor. No busques en tu intelecto, ni a través de la historia del mundo. Tu alma no te culpará por haberle prestado muy poca atención a la política, por haberte esforzado demasiado poco, por haber odiado a tus enemigos muy poco, o por haber fortificado muy poco tus fronteras. Pero quizás ella te culpará por haber temido y huido de sus peticiones a menudo, por nunca haber tenido tiempo para ella, tu hija más joven y encantadora, por no haber tenido tiempo para jugar con ella, para escuchar su canción, por haberla vendido por dinero, por haberla traicionado para avanzar… Serás neurótico y enemigo de la vida (así lo dice tu alma) si me ignoras, y serás destruido si no vuelves a mí con interés genuino y un amor totalmente renovado'».

(Traducción mía).

¿Cómo cambiar al mundo?

En mi país hay gran conmoción social ahora. Hay indignación y resentimiento. Y eso me toca.¿Cómo ayudar? ¿Salir a luchar o ir adentro y cerrar los ojos?

Es normal sentir que debemos cambiar al mundo cuando vemos injusticias o actos inconscientes. Es normal indignarnos cuando sentimos que se está dañando o vulnerando algo que valoramos profundamente. ¿Qué hacer entonces? ¿Hay que salir a luchar o acaso es más benéfico quedarme meditando?

Hace poco, le hicieron esa pregunta al maestro Eckhart Tolle en el contexto de un curso en línea que estoy tomando con él, y su respuesta me tocó profundamente. Por eso, decidí compartirla en este video, donde además de la respuesta de Tolle hago algunas reflexiones personales sobre cómo vivir de manera consciente esos momentos donde nuestra realidad parece pedirnos que salgamos a luchar.