Si no sabes qué hacer, no hagas nada, quedate quieta ~ Oprah Winfrey
A veces, cuando no sabemos qué hacer, tratamos de buscar la respuesta frenéticamente a través del intelecto, y damos vueltas a la situación como un perro que roe un hueso.
Pero, a veces, ese ejercicio mental no nos da claridad; por el contrario, puede que turbie aún más nuestra percepción. En esos momentos, es clave descansar en silencio y escuchar nuestro corazón, sin afán, a pesar de la aparente premura con la que la mente interpreta la situación.
De las decisiones apresuradas es fácil arrepentirse, sobre todo cuando provienen de un estado de ansiedad y miedo. Si al tratar de decidir hay miedo, lo mejor es permitirnos sentir plenamente ese miedo antes de actuar. Una vez hayamos visto a través del miedo y este se haya disuelto en el amor, vendrá la claridad. Pero ésta no se puede forzar, sino que, al igual que la dicha y la plenitud, se posa suavemente en nosotros cuando estamos en profunda quietud.

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