La magia de la gratitud

El Día de Acción de Gracias es un hermoso recordatorio de que siempre hay algo por lo que agradecer.

Hace poco leí un artículo en un periódico en el que el autor citaba una larga lista de frases agradeciendo cosas que le habían enviado los lectores. Y fue muy poderoso leerlo. Al ller lo que otras personas tienen por agradecer, reconocemos aquello que podemos agradecer en nuestras vidas. Por eso, la gratitud es contagiosa. Deja que los demás sepan por qué estás agradecida. Eso hará que la gente a tu alrededor sea también más agradecida. Y su agradecimiento vendrá de vuelta a ti como una luz que alumbra aquello que puedes agradecer, formando así un círculo virtuoso.

Aquí una lista de las cosas que agradezco en este momento:

Gracias por los retos internos con los que la vida me empuja a evolucionar y a ir cada vez más profundo.

Gracias por todas las personas que me han acompañado en mi camino, como espejos amorosos en los que puedo verme reflejado,

Gracias por cada respiración, por cada latido, por poder sentir mi cuerpo cuando cierro los ojos y disfrutar de su presencia.

Gracias por el tiempo que tengo a mi disposición, que me permite escribir esto y compartir con el mundo lo que quiero.

Gracias por quienes me han acompañado y animado en mi camino.

Gracias por los nuevos compañeros de viaje que se van acercando, y gracias por aquellos que ahora se alejan una vez nuestros caminos se han separado; gracias por todo lo aprendido y lo compartido.

Gracias por la fuerza con la que me levanto de nuevo cada vez que me caigo.

Gracias por el privilegio de poder acompañar a otros en sus propios procesos de despertar.

Gracias por el jugo de las frutas que llevo a mi boca todos los días.

Gracias por la naturaleza y los animales que me rodean.

Gracias por mi amor y mi facilidad con las palabras.

Grecias por todos mis maestros espirituales. Gracias por los libros que llegaron en el momento adecuado. Gracias por las puertas que se han ido abriendo afuera y adentro.

Gracias a ti por haber leído esto y permitirme compartir mi camino contigo.

***

Aquí te comparto algunas de las entradas en las que he escrito sobre la gratitud:

Dar gracias de antemano.

El secreto para estar agradecido siempre.

De la apreciación a la gratitud.

El camino de la gratitud.

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De la apreciación a la gratitud

La gratitud es de las actitudes más poderosas y transfomadoras.

Sin embargo, para poder estar realmente agradecidos primero tenemos que reconocer y apreciar lo que tenemos.

Una vez tomamos consciencia de nuestras bendiciones, naturalmente surge en nosotros la gratitud.

Pero a veces nuestros juicios e ideas sobre cómo deberían ser las cosas nos impiden apreciar este momento. Y esto nos sucede con todo en nuestras vidas. Creemos que nuestro cuerpo debería ser de cierta manera, así como las personas a nuestro alrededor y nuestro mundo en general.

Nos quejamos de los políticos, de los insconcientes. Nos quejamos de nosotros mismos, de nuestras familias. Y mientras veamos el mundo a través de las ideas y los juicios, no podremos reconocer la increíble belleza y perfección que nos rodea en cada momento, y no podremos abrazar y agradecer nuestras vidas.

Entonces, parte importante de sanar es soltar los juicios para así poder agradecer cada aspecto de nuestras vidas.

En una entrada anterior, comencé a explicar algunas de las técnicas del sistema Isha, que se bazaba en la apreciación y la alabanza. Este es el siguiente paso: enfocarnos en la gratitud.

Para esto, el Sistema Isha nos invita a pensar este hermoso pensamiento:

GRACIAS AL AMOR POR MI EXPERIENCIA HUMANA EN SU PERFECCIÓN.
Y tras pensarlo llevaremos nuestra atención a la zona del medio del pecho: la zona del corazón.

Al igual que con la frase de poder que compartí anteriormente, en este caso tampoco tienes por qué creer lo que la frase dice. No te tiene por qué gustar. No tienes que buscar un estado interior específico. A veces sentirás paz, otras veces vendrás muchos pensamientos o emociones. Todo esto es perfecto.

Si quieres conocer más sobre esta práctica, puedes encontrar material en la página de Isha.

También te invito a que veas la película de Isha: ¿Por qué caminar si puedes volar?

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Con gratitud

Hace poco leí un hermoso poema de Helen Schucman, la escriba de Un Curso de Milagros. Esta es mi traducción para ustedes:

Con gratitud

Nadie puede saber lo que su parte significará

Cuando Dios a partir de pequeñas luces complete una estrella

A partir de lo que Le damos. Cada una pasa desapercibida

Hasta que otras partes de lejos y de cerca

Son unidas por Él en una forma que

Puede usar para alumbrar la oscuridad. En su mano

Nacen las estrellas, para brillar sobre el mar

Y encantar todas las cosas sobre la tierra

Y elevarlas hacia los Cielos. Quizás tu regalo

Es colocado en la punta de una estrella, o quizás

Titila en el centro, para levantar

A un corazón de la tristeza. O quizás corona

El borde plateado de una estrella. No olvides pues

Que en aquello que nosotros vemos poco valor Dios podría ver

Una estrella recién nacida, desconocida para nosotros

Que no podemos ver la gloria de lo que será.

El ego siempre busca signos de grandeza. Por eso la belleza de lo simple muchas veces le pasa desapercibida. Y puede que los gestos más pequeños que hacemos sean nuestros más grandes aportes a la humanidad.

A veces creemos que no hemos hecho nada o nos fijamos solo en nuestras medallas o en los logros que el mundo celebra con gran bombo. Pero en realidad no tenemos ni idea de qué significan nuestros actos dentro del tapete cósmico tejido por Dios.

Quizás esos diez segundos de silencio que tomaste esta mañana sean la luz que le dará consuelo a muchas vidas. Quizás esa pequeña ofensa que dejaste pasar en el ascensor sea la semilla del final de una guerra y de una nueva era de paz y armonía en un país lejano de otro tiempo. Quizás esa leve sonrisa que ahora alumbra tu rostro sea el motivo por el que muchos ángeles se están regocijando ahora.

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El camino de la gratitud

Primero quiero invitarte a agradecer. A adentrarte en este momento y observar cómo la gratitud de desborda con cada respiración, cada palpitación, cada rayo de luz, cada brisa que acaricia tu piel. Y, si vas más profundo y con tu corazón abierto, la gratitud también surgirá incluso ante el dolor y la incomodidad. Le darás la bienvenida a la vida exactamente como es. Cuando permitimos que la vida sea como es, nos abrimos a recibir el gran amor que reside en cada momento, en cada experiencia, dejamos entrar las enseñanzas de cada experiencia. Nuestro corazón está abierto, no se requiere ninguna llave, no hay condiciones para entrar.

Otra opción es asumir que la vida debe ser de cierta forma. En ese estado exigimos el regalo, demandamos la cura para nuestros males. Le imponemos condiciones a la vida: voy a estar feliz, pero solo si sucede (o sigue sucediendo o deja de suceder) esto y esto y esto otro; si no se cumplen estas condiciones, no podré aceptar la realidad. Si te identificas con esta segunda opción y no sientes que la gratitud pueda fluir de manera natural, te hago una segunda invitación.

Te invito a que implemente a que tomes consciencia de si esas condiciones y exigencias que le impones a la vida te hacen sufrir. Si no hay sufrimiento, o si sientes que la única o la mejor forma de salir de ese sufrimiento es a través de la lucha, sigue buscando moldear las cosas. Sigue luchando. Trata de cambiar tu realidad. Diviértete y juega bien. Si, en cambio, hay sufrimiento y sientes que no saldrás de él a través de la lucha, simplemente obsérvalo, adéntrate en la médula de tu incomodidad. Mira cómo tu resistencia y tus exigencias se convierten en una carga. Al tomar conciencia profunda, tu percepción cambiará naturalmente.

Finalmente, te invito a abrirte a la posibilidad de que tal vez, solo tal vez, podemos estar en paz y en agradecimiento profundo aun en medio de lo que nos causa dolor. Y te invito a contemplar la posibilidad de que tal vez podemos incluso esforzarnos por cambiar la realidad, pero sin tener exigencias sobre los resultados de nuestros esfuerzos. Tal vez podemos seguir dándole la bienvenida a la vida y agradeciendo cada momento exactamente como es, mientras al mismo tiempo buscamos crear lo que nuestro corazón quiere crear, y sin importar si tenemos éxito o no en aquello que emprendemos.

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Dar gracias de antemano

«Expresar gratitud de antemano es el camino de todos los Maestros. Así que no esperes a que las cosas pasen para entonces dar gracias. ¡Da gracias antes de que pasen y observa cómo las energías se mueven! Agradecerle a Dios antes de que algo ocurra es un acto de fe extraordinario. Y, por supuesto, de ahí es de donde viene el poder.

Es Día de Acción de Gracias en Estados Unidos. ¿Por qué no hacer que sea un día de acción de gracias en los corazones de todas las personas en todas partes?»

~Neale Donald Walsh

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Dos claves para la abundancia

La abundancia no es algo que adquirimos, es algo con lo que nos sintonizamos

Wayne Dyer

Antes de las claves, unas palabras sobre qué es la abundancia. Lo más importante es tener en cuenta que la abundancia es una experiencia interna, y es independiente de cuántas cosas tengamos. Cuando estamos conectados con nuestro corazón y tenemos consciencia de que no nos hace falta nada, somos abundantes. Y esto puede suceder mientras estamos en una oficina lujosa en un rascacielos, o mientras compartimos una comida humilde con nuestros seres queridos. Las condiciones externas no pueden, por sí solas, hacer que alguien sea abundante. Un niño pequeño podría sentirse aburrido en una gran biblioteca, y un gran académico podría sentirse frustrado en una arenera rodeado de baldes y palas de juguete. Pero un niño en una arenera podría experimentar el éxtasis de estar rodeado por cosas maravillosas en ese momento, y eso es abundancia. Así mismo, un amante de los libros puede sentirse extasiado mientras camina entre los anaqueles de una gran librería.

La abundancia se trata, entonces, de cómo nos sentimos, no de cuánto tenemos. Esta es una noticia maravillosa, porque implica que no tenemos que esperar a que pase algo en el futuro para conectarnos con la abundancia: podemos elegirla ahora. Así, el orden se invierte. Usualmente creemos que primero debemos tener cosas, para poder hacer cosas, y eso nos permitirá ser felices. Pero es al revés: si somos felices, haremos cosas desde ese lugar de felicidad, y lo que hacemos con esa energía muchas veces nos traerá cosas maravillosas. Pero el resultado no es ya importante, pues la felicidad está desde el comienzo. Las cosas que podemos obtener serían, en ese caso, solo un regalo extra.

Claro, sintonizarnos  con la abundancia de esa manera puede ser difícil al comienzo, pues nos hemos convencido de que esta solo es posible después de adquirir cosas. Pero se puede, es solo cuestión de práctica. Puedes elegir ser amoroso antes de tener una relación. Puedes elegir ser feliz antes de tener un juguete. Ahora sí pasemos a las dos claves que te ayudarán a conectarte con la abundancia.

La gratitud

Estar agradecidos es regocijarnos por lo que la vida nos ha dado. Surge cuando reconocemos lo que tenemos y lo disfrutamos. La gratitud es una energía muy  poderosa, pues cuando estamos en ella, nos enfocamos en lo que queremos, en lo que apreciamos, en lo que es valioso para nosotros, y aquello en lo que nos enfocamos crece. Estar agradecidos es entonces reconocer que ya tenemos, y ese estado nos lleva inmediatamente a ser abundantes. Ahora bien, para estar agradecidos, es necesario primero estar presentes, tener los ojos abiertos a las maravillas que nos rodean, ver con ojos nuevos a la gente a nuestro alrededor. Si no estamos presentes, no podremos ver lo que la vida nos ha regalado, aunque lo tengamos en frente de nosotros.

Uno de los amigos más abundantes que conozco, al menos en el aspecto económico, me contó que su buena relación con el dinero comenzó cuando se dio cuenta de que tenía más que suficiente. Todo empezó con un cambio de consciencia. Esto naturalmente lo llevó a estar agradecido y a desarrollar la segunda actitud que es clave para la abundancia:

La generosidad

Esta segunda herramienta tiene algo en común con la primera: nos ayuda a reconocer que ya tenemos. Esto es así porque cuando damos tomamos consciencia de que tenemos más que suficiente, y de que es por eso que podemos dar. Es por esta razón que muchos maestros nos recomiendan que les demos a los demás aquello que creemos que nos hace falta. ¿Sientes que no tienes amor? Sal a dar amor, llena el mundo de actos amorosos, y te darás cuenta de que en ti ya tienes el amor. ¿Te hace falta dinero? Comparte lo que tienes y agradece por ello.

Como se puede ver, esto no se limita a las cosas materiales. Todo lo que damos crece en nosotros. Así, por ejemplo, no hay mejor manera de aprender algo que enseñándolo. Al enseñar un conocimiento, al brindarlo a los  demás, nos damos cuenta de que ya lo tenemos en nosotros y lo reafirmamos. Lo digo por experiencia, pues he sido profesor universitario por varios años: Una de las mejores cosas de ser enseñar es que uno aprende mucho. Sobre esto Un Curso de Milagros dice algo muy interesante, y es que siempre estamos enseñado, pues cada acto es un resultado de todo lo que creemos y da fe de ello. Si crees que tienes más que suficiente, serás generoso, y enseñarás que la vida es abundante, lo que a su vez te llevará a conectarte más profundamente con tu abundancia. Si crees que tienes que proteger lo poco que posees, enseñarás que vives en un mundo de escasez y de peligros, y reforzarás esas creencias en ti.

Otra cosa maravillosa que dice  Un Curso de Milagros  es que dar es igual que recibir. Muchos piensan que, si dan, en el futuro recibirán. Esta idea puede ser útil y motivarnos a ser más generosos, pero no es del todo cierta. Si miramos más profundo, veremos que dar y recibir son lo mismo. Esto es así por dos cosas. La primera es que al dar siempre estamos decidiendo quiénes somos, y esto nos lleva de manera inmediata a tener una experiencia interna valiosa por sí misma: la abundancia, la paz, la satisfacción. Así, no hay lapso entre dar y recibir. La segunda razón tiene que ver con el hecho de que no estamos separados. Si reconocemos nuestra interconexión, si dejamos de ver al otro como separado de nosotros, entonces seremos conscientes de que siempre es a nosotros mismos a quien nos damos.

La invitación es, entonces, a tomar consciencia de lo mucho que tenemos, de todas las maravillas y los regalos que la vida ha puesto frente a nosotros. La invitación es a abrir los ojos y apreciar. Así surgirá naturalmente el agradecimiento, y estar agradecidos es igual que ser abundantes. Entonces no tendremos más remedio que compartir y ser generosos, pues sabremos que tenemos más que suficiente, y no hay mejor forma para disfrutar algo que compartirlo. Es como cuando nos gusta una canción o una película: queremos que los demás también la disfruten, y nuestro gozo se multiplica a medida que los demás también gozan.

Por: David González