La mayoría de nosotros somos privilegiados.
Si puedes elegir parar un momento para leer esto, si tienes el tiempo y los recursos para hacerlo, probablemente eres un privilegiado.
La mayoría de nosotros vivimos mucho mejor que un rey en la Edad Media.
Nunca antes había sido tan fácil acceder a la información y los recursos que necesitamos para hacer lo que queremos.
Crear y aprender dependen, ante todo, de nuestra volundad. Los medios están disponibles.
Tal vez pienses que no tienes tiempo o que no tienes los recursos. Piensa de nuevo. Casi siempre, decir «No tengo tiempo» es igual a decir «No tengo suficientes ganas» o «Tengo miedo» o «Tengo pereza» o «Tengo dudas».
Esto último no es una invitación a que te juzgues. Es una invitación, en cambio, a que te des cuenta de que puedes elegir. Eres privilegiado.
Y está bien si decides no hacer nada. Si eso es lo que sale de tu corazón, adelante. Tal vez hacer nada es el mejor regalo que te puedes hacer ahora y el mejor regalo que le puedes hacer al mundo a través de la paz que surgirá de esa nada.
Ya sea que decidas no hacer nada o salir a crear y proponer ideas para un mundo nuevo, agradece profundamente el privilegio de tomar esa decisión. Muchos de nuestros antepasados no tuvieron esas opciones a su disposición; muchos de ellos se vieron forzados a enfocarse en sobrevivir.
¡Qué privilegiado soy por tener el tiempo para escribir estas palabras! ¡Qué privilegiado eres tú que tienes el tiempo de leerlas!
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