Tiempo para demoler y tiempo para edificar

Hace un par de meses dejé de escribir todos los días en este blog. Creo que fue una buena decisión. Es lo que mi corazón pedía en ese momento.

Sin embargo, últimamente me he dado cuenta de que muchos días dejo de escribir, no porque mi corazón así lo pida, sino porque me da pereza. Y dejar de escribir por pereza no me deja pleno. Cuando eso sucede, mi vibración baja. No es una elección elevada.

Creo que está bien parar. Está bien renunciar. Está bien mandar todo al carajo de vez en cuando. Pero esas deciciones sólo nos traerán plenitud si vienen del corazón. Si vienen del miedo, de la pereza o del simple rechazo ante la incomodidad, lo más probable es que esas decisiones nos lleven a dejar de crecer.

Así pues, seguir el corazón es una práctica de todos los días. El hecho de que tu corazón te invite a hacer algo un día no significa que eso es lo que quiere que hagas todos los días de ahí en adelante. Por eso hay que seguir escuchando.

Como dice un hermoso pasaje de la Biblia en el libro de Eclesiastés (1-7):
«Hay bajo el sol un momento para todo, y un tiempo para hacer cada cosa: Tiempo para nacer, y tiempo para morir; tiempo para plantar, y tiempo para arrancar lo plantado; tiempo para demoler y tiempo para edificar; tiempo para llorar y tiempo para reír; tiempo para gemir y tiempo para bailar; tiempo para lanzar piedras y tiempo para recogerlas; tiempo para los abrazos y tiempo para abstenerse de ellos; tiempo para buscar y tiempo para perder; tiempo para conservar y tiempo para tirar fuera; tiempo para rasgar y tiempo para coser; tiempo para callarse y tiempo para hablar».

Así pues, no escribiré todos los días. Pero trataré de asegurarme de que cuando no escriba sea porque eso es lo que realmente quiero, lo que quiero desde mi ser más profundo.

Es difícil a veces distinguir cuándo realmente no queremos hacer algo y cuándo estamos evadiendo lo que queremos mediante racionalizaciones.

Es por eso que escuchar el corazón es un arte y requiere práctica y silencio interior.

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Un comentario sobre “Tiempo para demoler y tiempo para edificar

  1. Todo tiene su tiempo y cada cosa llega en su momento.Detener la actividad es básico para darse cuenta y hacerse cargo. Tomar una pausa, permite la conciencia necesaria para reorientar y/o confirmar si la ruta que llevamos nos permite estar alineados con el universo……

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