Cuando tengas un problema que te afecta de manera especial, espera. Mira más profundo. Tal vez el problema no es la causa del malestar. Tal vez ese malestar es más profundo y ha tomado esta situación como una excusa para manifestarse. Por tanto, incluso si solucionas la situación, la causa del malestar permanecerá . Puede que la causa y el malestar se oculten momentáneamente, pero no habrás sanado en lo profundo.
Una señal de que el malestar es más profundo es que lo que percibimos como su causa varía con facilidad. Por ejemplo, ahora te sientes enfadado por algo que pasó con tu jefe. Solucionas esa situación y entonces el malestar surge de nuevo pero ahora parece que la causa es algo que te dijo tu pareja. Pasa la situación con tu pareja y entonces crees que la causa del malestar es el tráfico. Por supuesto, ninguna de esas es la causa real.
Cuando vas más profundo, puede que encuentres un gran dolor ancestral que espera ser abrazado amorosamente y de esa forma sanado. O puede que no encuentres nada; en ese caso, verás que realmente el malestar era un hábito, un patrón energético que se repite con pretextos diferentes cada vez.
Sólo en la profundidad de tu ser podrás sanar de verdad. Entonces puede que la situación con tu jefe permanezca, o el problema con tu pareja o el tráfico, pero tu paz estará presente, pues la causa real del malestar se ha diluido o trascendido. Y cuando esa paz está presente, puedes lidiar con las situaciones de una manera mucho más sabia y efectiva.

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