Este texto es una traducción de una lista de correo del maestro Matt Kahn a la que estoy suscrito:
Para conocer los beneficios de dejar ir, es esencial identificar primero a qué puedes estar aferrándote. Quizás te estás aferrando a un sueño sobre cómo quieres que sea tu vida. Y, por supuesto, el propósito de la vida es crecer, por lo que es natural e importante siempre esforzarnos por alcanzar nuevos horizontes de experiencias. Pero cuando el nivel de esfuerzo por cambiar te lleva a pasar por alto la faceta igualmente importante de apreciar todo aquello que tienes, ocurre un desequilibrio. En este espacio de desequilibrio, en el que pasas más tiempo esforzándote por alcanzar algo diferente que apreciando la vida exactamente como es, experimentas un apagón, conocido comúnmente como tristeza.
Cuando estás apagado en la tristeza, es casi instintivo creer que sólo te podrás sentir diferente cuando las circunstancias de tu vida sean diferentes. En la tristeza, es común creer: «Si no puedo chasquear mis dedos y mejorar mis circunstancias externas, no hay forma de que me sienta mejor». Esta creencia tan sólo amplifica la autoderrota, la miseria y la agonía que provienen del apagón. Esto es parcialmente cierto. Hay algo que debe cambiar en tu vida para dar lugar a la transformación de tus experiencias emocionales, pero lo único que necesita cambiar es tu perspectiva.
Para que ocurra este increíble cambio, exploremos el ritmo fundamental de la realidad, el cual, cuando se pasa por alto, lleva al apagón que estás deseoso por disolver y descifrar. No importa cuántos años lleves en este planeta, qué tan pocas o qué tantas experiencias místicas hayas tenido, o incluso la cantidad de dolor, descuido o abuso que hayas soportado, todos los seres humanos experimentan un ritmo de cambio perpetuo. Durante periodos recurrentes de cambio inevitable, hay un ciclo en juego: el ciclo de la renovación y la erosión.
En la renovación, las cosas viejas se vuelven nuevas; en la erosión, las cosas nuevas se vuelven viejas.
En la condición humana, es muy normal emocionarnos positivamente ante el nacimiento de las nuevas creaciones a las que comúnmente da lugar la renovación. Así mismo, también es normal que las emociones positivas experimentadas durante la renovación se aplanen o se sientan vacías a medida que las cosas nuevas envejecen. Es muy agradable recibir un ramo de flores, pero la experiencia no es la misma cuando todos los pétalos caen y quedan los tallos remojándose en agua turbia. Es glorioso manifestar oportunidades nuevas y excitantes, las cuales inevitablemente se vuelven menos excitantes a medida que lo nuevo se convierte en «lo mismo de siempre».
Esto también sucede en las relaciones, donde la pasión de un romance totalmente nuevo se disuelve en la aburrición de la vida cotidiana. Esta es, repito, la forma normal como funciona la condición humana. Esto significa que es normal para la forma como el ego percibe, pero está lejos de la forma tan increíble como tu alma ve tu vida.
Cuando ves desde la perspectiva de tu alma, eres emocionalmente libre por naturaleza. Eres capaz de eforzarte por alcanzar metas, a la vez que siempre tienes tiempo para apreciar todo lo que te ha sido dado honrando todas las experiencias que han tenido lugar. Eres capaz de apreciar el hecho de que las cosas nuevas no pueden más que volverse viejas y que el espacio creado en este proceso tan sólo puede dar lugar a la renovación de nuevas cosas por venir. Desde este espacio de libertad emocional, eres capaz de darle la bienvenida por igual a la renovación y a la erosión reconociendo sus beneficios transformadores, sin importar qué tanto placer o dolor se sienta.
En el ego, estás condicionado para buscar placer como una forma básica de evitar la anticipación del dolor.
Dado que el ego sólo puede percibir la dicha, el éxtasis y la exitación en ausencia del dolor, tu manera básica de funcionar en la condición humana es expresar tu ser más abierto, positivo y amoroso durante los ciclos de renovación, tan sólo para apagarte, retraerte y alejarte cuando aparece la erosión. Y como la renovación naturalmente lleva a la erosión, y la erosión tan sólo deja más espacio para una mayor renovación, el arte de dejar ir consiste en renunciar a la necesidad de controlar esto.
Esta es la piedra angular de la libertad emocional. Es el tema central del nuevo paradigma espiritual que está centrado en el corazón: ser capaz de ganar alegremente y de perder con la más grande de las noblezas. Es la capacidad de tu alma para encarnar la resiliencia ante la transformación que llega como resultado de que las cosas viejas se conviertan en nuevas y las nuevas envejezcan en medio de un ritmo de cambio incesante. Esto es precisamente lo que el Universo te exhorta a que aprendas y encarnes en este momento. A temperar tu deseo más profundo por el cambio con una cantidad igual de tiempo apreciando todo lo que tienes y su propósito de ayudarte a alcanzar tu potencial completo. A emocionarte por todos los nuevos horizontes de experiencias que siempre surgen en tu camino, al tiempo que respetas de igual manera el tiempo limitado que tienes con ciertas personas, lugares y cosas, que existen exactamente como son para el crecimiento personal y la expansión espiritual que cada una de ellas tiene como propósito brindarte. Y, lo mejor de todo, eres capaz de fluir en la vida con renovadas valentía, entusiasmo, pasión y dicha, sabiendo que tu felicidad y tu plenitud no se basan en las circunstancias que controlas, y reconociendo lo profundamente alineado que estás con la visión más prístina de tu alma.
Que con cada respiración que pasa puedas hacer las pases con la renovación y la erosión…
… sin tener miedo de recibir las cosas que un día perderás, sin embarcarte en una búsqueda interminable en un intento por vencer a los vientos del destino. Que puedas honrar los regalos que provienen del placer y del dolor por igual, sin necesitar siempre el dolor para crecer, o necesitar siempre placer constante para confirmar tu valor. Que puedas dejar de ver tu vida desde la creencia del ego en el castigo, para que así puedas entrar en los dominios de tu alma de infinitas recompensas. Desde este espacio, todo lo que viene y se va siempre te dejará más evolucionado que antes de que lo obtuvieras.
Que, a medida que sueltas, puedas liberar la tendencia de criticarte siempre que la renovación comienza a erosionarse. Que puedas despertar de la búsqueda del ego por la perfección inalcanzable, imaginando tan sólo la necesidad de mejorar como una manera de lograr una vida de ganancias perpetuas que no pueden existir sin la inevitabilidad de las pérdidas. Que, con el Universo guiándote a cada paso, puedas honrar la nada que has hecho mal (eso que estuvo siempre bien para el resultado que cada momento tenía como propósito crear).
Que puedas dejar ir tan profundamente que el placer de la ganancia pueda ser reconocido en cada momento, incluso cuando se trata de la ganancia de madurez o la expansión de la perspectiva, sin importar qué tenga que perderse para que tales ganancias ocurran. Que puedas entrar en una relación armoniosa con la realidad, viendo lo natural que es ganar hasta que pierdes y entonces perder hasta que ganas; usando la fricción creada por el contraste para fundir los bordes de tus limitaciones.
Este es el plan que el Universo siempre tiene para ti; convertirte en tu más magnífica expresión de la energía Fuente, sin importar los altos y bajos que vienen con cada resultado. A pesar del dolor de tu pasado o la incertidumbre de tus circunstancias, el arte de dejar ir está aquí para mostrarte el camino hacia una forma más milagrosa de ser.

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