Piensa en esas veces en las que te ves con un amiga y no hay nada de qué hablar. Si hay una relación profunda o si hay gran afinidad, ese silencio compartido será una experiencia agradable.
Sé que una amistad es profunda cuando podemos compartir y disfrutar el silencio. Eso significa que a cada uno nos gusta la presencia del otro. Entonces no es necesario llenar ese silencio con ruido para sentirnos cómodos. No es necesario hablar de cualquier cosa sólo para pasar el rato. Basta con estar juntos. Nuestra presencia es ya un regalo suficiente.
Creo que lo mismo aplica para la relación que tenemos con nosotros mismos. La calidad de esa relación se ve reflejada en qué tan cómodos nos sentimos cuando estamos solos y en silencio. Entre más rica y profunda sea esa relación, menos tendremos necesidad de llenar nuestra soledad con distracciones o con la charla de nuestra mente. Entonces simplente podemos estar ahí, con nosotros. Nuestra presencia es ya un regalo suficiente.
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