Mírate a ti mismo. Puedes verte exactamente como eres, sin juicio, sin crítica, sin culpa. Mírate al espejo y esta vez no te critiques, no resaltes tus aparentes imperfecciones, y son aparentes, porque exactamente como eres, eres perfecto. Nada te sobra, nada te falta. Estás completo.
Amate, apréciate, agradécete y bendícete por el ser radiante, luminoso y brillante que eres. Si tu mente, mente pequeña o ego, te está diciendo que no eres nada de eso, no la escuches; es como una grabación que continuamente te está diciendo que no eres suficiente, que te falta, que aún no estás completo. Cuando estás conectado con tu Ser verdadero (cuando estás en tu mente recta, según la terminología de Un Curso de Milagros), verás que eres todas esas cosas maravillosas y mucho más.
Puedes ver y sentir lo que no has visto ni sentido antes acerca de ti. Sí, mira ahora la bondad de tu corazón, bondad que desbordas en servir a los demás, a la naturaleza, a los animales. Aprecia la belleza de tu alma, la belleza que no necesita ser retocada para ser vista, sí, esa belleza que se enciende ante tu mirada y que los demás ven y sienten con el corazón. No es preciso tener la estatura promedio, las medidas perfectas, la tonicidad, lozanía y la elasticidad ideal en la piel para ser bellos. En la aparente imperfección que tu mente alberga, se deslumbra la belleza del ser.
Mírate con dulzura, sé dulce muy dulce contigo, siente la dulzura que desborda tu corazón cuando decides amarte. Es una dulzura que escapa a las palabras y que sólo puedes experimentar cuando te abres a hacerlo. Siente amor, infinito amor por ti, sí, por el ser de amor que eres.
Eres más que el cuerpo que habitas, eres un ser espiritual. Tu cuerpo es como un guante que te has puesto para tener una experiencia humana. De tu conciencia despierta depende que esta experiencia sea dichosa y abundante en el paso por este mundo.
Despierta la confianza en ti, la confianza de ser tú mismo, momento a momento. Despierta a aceptarte exactamente como eres, no como crees que deberías ser, no como tu mente te ha dicho que debe ser, sino como realmente eres: libre, auténtico, vulnerable, único y, sobre todo, un ser de infinito amor.
Enciende la luz que eres, ilumina tu parte, sé presencia, pon luz en la oscuridad, hazlo desde la bondad que te lleva a servirte a ti mismo en todos.
En un tiempo de mi vida me pregunté qué era sentir amor. No sabía cómo amarme, y tampoco me sentía amada. Hoy por hoy, no creo tener la fórmula mágica para decirte cómo se hace para sentir el amor en la vida. Puedo decir que sólo cuando decidí aceptar lo inaceptable, perdoné lo imperdonable (según mi mente) y me hice responsable de mí, empecé a sentir una energía que me sostiene y me da la gracia para avanzar en la vida, para avanzar con confianza en lo que no se ve, para avanzar con fe.
Amarme a mí misma me ha hecho más humana, más sensible, más compasiva, más amorosa. Me ha llevado a conectarme con mi misión de vida; a no querer nada para mí que no quiera ver manifestado en la vida de los demás, incluso en la vida a quienes no amo y debería amar más; a respetar y contemplar la vida en todas sus manifestaciones, y, sobre todo, me ha llevado a despertar mi conciencia. Entonces comprendí que amarnos a nosotros mismos es el mejor regalo que podemos ofrecerle al mundo. Quien reciba tu amor, nutre su amor propio, y así, el espiral de amor se va haciendo cada vez más grande y sostiene a todos.
Amarse a uno mismo no hace que desaparezcan las dificultades y que todo sea siempre agradable, amoroso y libre de dolor, pero sí ayuda a no magnificar las cosas y a darle el sentido real a lo que sucede. Cuando nos amamos podemos enfrentar las dificultades aceptando que lo que aparece es como es y no pudo ser de otra manera. Entonces comprendemos que el mayor grado de sufrimiento lo experimentamos cuando queremos que la vida sea de manera distinta a como está siendo.
Amarte a ti misma te ayuda a soltar, fluir y confiar en que todo opera para tu bien, ya sea que lo comprendas o no. Te ayuda a mantenerte firme en tu misión, en tu propósito de vida, pues, cuando te amas, los miedos que aparecen en tu camino son menos atemorizadores; cuando te amas, te sientes valiente y avanzas firme. Amarte te da la fuerza, el impulso para avanzar, y, si no avanzas, al menos no caes en la tentación de juzgarte y culparte por lo que no logras.
Tu amor propio te sostiene en tu grandeza momento a momento, sin importar lo que pase afuera, porque tienes presente que eres valiosa siempre. Te lleva a rodearte de personas que también se aman a sí mismas, se respetan y se valoran, y el amor de los otros te sostiene en tu amor propio. Te da la claridad y el discernimiento para abandonar lo que no te hace bien (una relación, un puesto de trabajo, un lugar); te ayuda a poner punto final sin tanto drama a lo que ya no debe estar en tu vida, en el momento en que es preciso hacerlo.
Amarte a ti misma te da alas para volar, volar muy alto, surcar los cielos y contemplar la grandeza ilimitada de la que eres parte. Te da sencillez y la humildad para celebrar los logros de los demás. Te alegras con los otros, porque has comprendido que no hay competencia, que, cuando alguien logra algo, sólo te está recordando que tú también puedes hacerlo.
Cuando te amas, te vuelves agradecida y comienzas a disfrutar de lo simple y sencillo. Dejas de lado la necesidad de calificar todo lo que sucede como bueno o malo; comprendes que lo que sucede simplemente es, y fluyes grácilmente momento a momento.
Cuando te amas realmente, te vuelves presente en todo. En cada acto, en cada palabra estás en comunión con tu interior. De ahí nace la capacidad de contemplar, y la presencia lo impregna todo. Además, amarte te lleva a crear tiempo para ti, tiempo para estar contigo, para escucharte, para conectar con tu voz interior de la manera que es correcta para ti.
Amarte incondicionalmente te da la fuerza para sentirte real, vulnerable, auténtico, libre; para sentir las emociones, sensaciones y percepciones cuando aparecen sin nombrarlas y simplemente dejarte ser momento a momento. Entonces no buscas sentirte de una determinada manera: te sientes como eres y descubres que justo ahí está la mayor fuente de inspiración, y que después llega una oleada de amor infinita.
Cuando te amas de verdad, cesa la autocrítica y emerge la autoestima. Ya no te comparas con nadie, todo lo que quieres ser, es ser tú misma, porque tú misma eres única y no existe nadie como tú. Decides por ti y para ti, asumes la responsabilidad de lo que decides. Dejas de culpar a los demás por lo que sucede en tu vida. Te haces responsable de ti misma. Entiendes que tu valor en el mundo no lo define lo que tienes, lo que haces, lo que logras o no logras, pues tu valor está determinado por el amor que eres. Amarte a ti misma te lleva a amar tu sombra, a amar esa parte tuya que no te permite verte como eres, tal como Dios te creó.
El amor nos devuelve la energía vital, el equilibrio y la vida misma. Nos pone en contacto con todos los seres vivos. Cuando estamos conectados con el amor, reconocemos que el aire que respiramos es el mismo, que nada nos separa, que somos uno.
Tu experiencia del amor puede ser totalmente distinta a la mía. Lo que nos hace iguales es que vibramos en la energía del amor infinito e, independiente de cuál creamos que sea la fuente, ese amor nos une siempre.
Me amo y te amo en el amor que somos, somos uno.
Por: Aura Reuto
Me llamo Aura Reuto. Nací en Casanare en 1977, actualmente vivo en Villavicencio (Meta, Colombia). Llevo más de una década explorando en mi ser interior, con el firme propósito de amarme, aceptarme y disfrutar la vida exactamente como es. Amarme significa aceptar mi historia personal, superar el sufrimiento a la luz del amor y del perdón y comprender que todo ha obrado para bien.
Trabajé en el sector privado por más de 10 años. Hoy estoy al servicio de la vida en sus múltiples manifestaciones. Me siento en capacidad de acompañarte en procesos de sanación y liberación interior, mediante la escucha atenta y profunda.
Soy Experta en Mindfulness, Desarrollo Personal y Educación Consciente. Alimentación Consciente. Facilitadora de Círculos de Mujeres y Espacios Sagrados. Moon Mother. Facilitadora de Terapia del Perdón.
Contacto: aurareuters@hotmail.com
Muy importante y necesario las sugerencias que da, aunque llevarlo a la prractica con muchas limitaciones es un tanto complicado. Librarse de esquemas mentales, atravesar carencias económicas nos ponen en desventaja muchas de las veces.y pienso q hay que tener una gran dosis de sentido del humor para no tomarnos muy en serio la vida y las dificultades que está conlleva.
Un saludo atento.
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¡Gracias por tu comentario! 🙂
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QUE FRESCO Y BONITO ARTICULO..SE VE QUE ESTA HECHO CON SENTIMIENTO Y CONVICCION. ES LA PURA ESENCIA DEL AMOR QUE UNO DEBE TENER A UNO MISMO…..SALUDOS Y UN ABRAZO POR ESCRIBIR TAN SABROSO…BENDICIONES PARA TI..
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Me dejó simplemente muy conmovido es el concepto de amor propio más bonito que he leído, felicitaciones está increíble saludos desde México y Feliz año nuevo 2019!!
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Gracias por tus palabras. ¡Feliz año! 🙌🙌🙌
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