El ego espiritual surge cuando nos identificamos con nuestro camino espiritual. Sucede cuando aún no hemos encontrado quiénes somos en lo más profundo. Entonces, nos aferramos a algo externo. Y es que un camino espiritual, por más que sea bello y te sirva, sigue siendo algo externo: sigue siendo una forma en la que haces las cosas, unas prácticas, unas creencias. Y la verdad es que nada de eso importa en realidad. Lo que importa es tu experiencia interna. ¿Estás en paz o sufres?
Un síntoma del ego espiritual, que creo la mayoría tenemos, es la necesidad de defender nuestras creencias o de juzgar las creencias de los demás. ¿Te ha pasado? A mí sí.
El primer paso para ir más allá de nuestro ego espiritual es reconocer que tenemos uno.
En este video, comparto lo que he ido aprendiendo al observar mi ego espiritual y doy algunos consejos que me han servido para ir disolviéndolo:

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