Si estudias lo mejor que puedes y te preparas con gran intensidad para ingresar a una universidad, pero aún así no eres admitido, será más doloroso que si te rechazan porque no te habías preparado bien.
Es de este dolor del que nos protegemos cuando no damos lo mejor. Entonces tenemos una explicación de por qué las cosas no salieron como queríamos.
Cuando no damos lo mejor, podemos pensar: «Si me hubiera preparado mejor, tal vez lo habría conseguido».
En cambio, cuando hemos dado un 100% y las cosas no salen, tenemos que admitir que eso que queremos no está dentro de nuestras posibilidades, al menos no en este momento. Y este reconocimiento puede ser doloroso.
Así, al sabotearnos evitamos conocer nuestros límites. Nos queda la duda de qué habría pasado si lo hubiéramos hecho mejor. Y esa duda nos permite alimentar una fantasía.
Dar lo mejor es riesgoso. Si fracasas, no hay excusas. Debes afrontar tus limitaciones y aceptar la realidad.
Es, un poco, lo mismo que cuando no invitamos a salir a alguien por miedo a que nos rechace. Nos queda la duda de qué habría pasado si lo hubiéramos intentado, y esa duda es más cómoda que el rechazo. En cambio, si nos atrevemos, y lo hacemos de la mejor manera posible, pero aún así somos rechazados, no nos queda otra alternativa que reconocer que definitivamente no le gustamos a esa persona.
No es esta la única razón por la que no damos lo mejor, pero es una de la que muchas veces no somos conscientes.
Si reconoces este patrón, puedes elegir no caer en él.
Conocer nuestros límites o ser rechazos puede ser doloroso, pero nos permite conocernos y nos lleva a crecer.
Dar lo mejor implica un riesgo, pero es un riesgo que vale la pena. Cuando lo hacemos de forma consistente, nuestra vida se transforma rápidamente. Además, nos permite encontrar nuestro camino. Pues muchas veces hallamos el camino equivocándonos.
Si vas por un camino y lo haces lo mejor posible y aún así las cosas no funcionan, podrás concluir tranquilamente que ese no es el camino para ti y podrás buscar otro. Si te adentras en ese camino de forma mediocre, cuando las cosas no salgan no sabrás si es porque estás en un camino que no te sirve… puede que sí, pero ¿cómo saberlo? Solo si das el 100% lo podrás averiguar.

Suscríbete a mi blog y recibe en tu correo cada una de mis reflexiones.