Ningún camino es lineal y constante. Todos paramos a veces, y en ocasiones nos devolvemos. Todos nos estancamos a veces, vacilamos y dudamos antes de seguir adelante.
Por tanto, todos los caminos requieren que constantemente estemos empezando a caminar de nuevo.
Esto requiere de fuerza de volundad, pues una vez estamos quietos, la inercia nos lleva a querer permanecer así por más tiempo.
Y entre más tiempo pasemos inmóviles, más difícil será volvernos a poner en marcha.
Cuando uno deja de ir al gimnasio por varios meses, retomar la rutina es mucho más difícil. En parte, esto se debe a que vernos lejos de nuestro estado de plenitud física anterior nos desanima. Por ejemplo, si estábamos bien de peso y por dejar de ir al gimnasio ahora estamos demasiado gordos, comenzar a ir será incómodo porque entonces se hará aún más evidente nuestra gordura. Ya no podremos hacer los mismos ejercicios que cuando estábamos yendo regularmente. Tal vez la ropa nos quede demasiado ajustada. Todo nos estará recordando que nos descuidamos y perdimos parte de lo que habíamos avanzado.
Sin embargo, es obvio que retomar rutinas sanas siempre es bueno y será la mejor opción, sin importar por cuánto tiempo hayamos parado ni cuánto nos hayamos devuelto en nuestro camino.
¿Llevas tanto tiempo sin hablar con esa persona que retomar la comunicación se ve como algo muy difícil? No importa, puedes elergir comunicarte con ella ahora; si te importa esa relación, sabes que es lo mejor que puedes hacer.
¿Abandonaste los cursos de ese idioma que estabas aprendiendo y ahora te toca devolverte al nivel anterior? No importa. Si de verdad quieres aprender ese idioma, vale la pena. Hazlo ahora, antes de que te toque devolverte hasta el principio. Aunque si de verdad lo quieres, devuélvete hasta el principio si es necesario.
¿Dejaste de meditar por varios meses o años y sientes que has perdido contacto con ese aspecto interior que estabas empezando a descubrir?
No te juzgues por haber parado. Parar y devolvernos es parte normal del camino. Lo que importa es qué eliges ahora. Elige comenzar a caminar de nuevo.

Suscríbete a mi blog y recibe en tu correo cada una de mis reflexiones.