Cuando sanas, nunca sanas solo. Cuando creces y te elevas por encima de tus miedos y limitaciones, el mundo crece y se eleva contigo. Porque no estás separado del todo. Y cuando uno sana, todos sanamos. Por eso es que eres tan poderoso. Porque eres el todo.
Cada pensamiento de paz que albergas es un bálsamo para todos los seres del Universo. Cada resentimiento que dejas ir es una herida que sana en el corazón de todos tus hermanos. Cada acto de compasión que emprendes enciende el fuego de la dicha hasta los rincones más recónditos de la creación.
No hay regalo más grande que puedas hacerme que tu paz y tu luz. Gracias por eso, hermano.
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